Para nuestro gusto, ya se jugó la final, este Holanda Brasil, tuvo todos los ingredientes de una final. Hubo errores como el del arquero Julio César, expulsiones tontas como la de Melo, hubo un gol madrugador, como el de Robinho, hubo un empate increible y hubo una volteada de marcador.
Brasil partía como favorito para hacerse de este encuentro y lo estaba consiguiendo, no tardó mucho en ponerse adelante en el marcador, con un juego sobrio, Brasil se hizo dueño del encuentro por intermedio de Robinho, quien aprovechó un excelente pase desde el medio campo, este pico por el medio y se puso mano a mano con el arquero, definió en primera y a gritar... Brasil fácilmente se estaba colocando en semifinales, nadie se imaginaba lo que vendría después, pues luego del gol, Brasil siguió dominando el partido y no se veia por donde Holanda pudiera hacer daño. Las paredes entre Robinho, Kaká y Fabiano se hacían constantes, dejando desconcertados a los Holandeses que no sabían como controlar el buen toque Brasileño, si bien es cierto, hasta que terminó el primer tiempo no hubo claras ocasiones de aumentar en el marcador, lo que dada a entender el dominio Brasileño, era que en cualquier momento vendría el gol de la tranquilidad.
En el segundo tiempo la Historia cambió, Holanda salió un poco más decidido; pero cuando llegaba al área Brasileña todo ese ímpetu se desvanecía, pues hasta ese momento la defensa Brasileña estaba más que concentrada, hasta que llegó la fallá garrafal del arquero Julio César, quien en su intento de salir a despejar un centro Holandes, no se habló con su defensa que prácticamente ya estaba listo para despejar, se estorbaron y lamentablemente el defensa Verde Amarillo (Esta vez jugaron con azul) cabeceó mal y la introdujo en su propio arco... para serles sinceros hasta nosotros nos quedamos helados, ya nos imaginamos lo que pasó por las cabezas de los jugadores Brasileños...
Luego del letal error, Brasil fue un manojo de nervios los defensas comenzaron a golpear y a discutir y a reclamar todo, es decir se desconcentraron tremendamente y todo este mal momento psicológico fue agravado luego de la expulsión de Melo, quien quiso hacer su propia justicia y agredió en el suelo a Robben, quien todo el partido estuvo exagerando las faltas y esta jugada fue más que propicia para hacer lo propio. Expulsado Melo el partido se puso cuesta arriba, llegó el segundo gol de los Holandeses, en el minuto 67, por obra de SNEIJDER y ahí si todo se terminó de podrir y nos vimos con un Brasil eliminado y humillado en lo más profundo de su orgullo, no se vió lágrimas, ni lamentos exagerados de los Brasileños, tal vez un poco porque eran concientes que ellos mismos se eliminaron con su mal accionar. A nuestro entender, se terminó el mundial.
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